¿Han escuchado hablar del curador de exposiciones de arte? ¡Sabemos que sí! En un reciente conversatorio con el Doctor Humberto Valdivieso, nos quedó claro que la curaduría es un proceso investigativo que busca generar ecosistemas, ¿cómo? A través del diálogo, de la exploración de su historia y contextos, de la negociación y del orden.
El curador, en esa búsqueda de sistematizar la semiosis inmersa en obras de arte, se enfrenta a la diseminación de distintas fuentes de información. Estas pueden ser libros, documentos, audios, videos, fotografías, e incluso personas. Todos, elementos nativos del quehacer analítico y técnico de la bibliotecología.
En ese sentido, cabe preguntarse, si un curador es un investigador que analiza información para la contextualización de una narrativa artística, ¿podría un bibliotecólogo hacer curadurías en exposiciones de este perfil? Si quieres conocer esta respuesta, quédate con nosotros hasta el final de este interesante artículo.
Funciones curatoriales del bibliotecólogo
Además de lo señalado, un curador de exposiciones “Se encarga de organizar y desarrollar toda la producción de una muestra, estableciendo un criterio para la selección de piezas y objetos que van a formar parte de la misma”. (Gobierno de Buenos Aires, s.f.)
Si se compara estas funciones del curador de arte con las de un bibliotecólogo, se podría afirmar que este último siempre ha sido un curador; pero un curador de colecciones, de libros, de información registrada, de contenidos, ¿por qué? Por lo siguiente:
- Investiga sobre las nuevas tendencias en el ámbito educativo, científico y tecnológico para el fortalecimiento de colecciones y servicios.
- Dialoga con los actores que hacen vida en las distintas organizaciones con el objetivo de identificar sus necesidades de información y contenido.
- Explora la historia y el contexto de las colecciones y de las necesidades de los actores que hacen vida en las organizaciones.
- Negocia con los entes administrativos y sociales que serán partícipes en los procesos de la unidad de información.
- Selecciona los recursos, independientemente de su formato, que pondrán a disposición de los usuarios.
- Ordena sistemáticamente todos los recursos, con el objetivo de crear un sistema coherente que responda a las necesidades.
Por lo tanto, este profesional de la información ya trae consigo determinadas competencias que le pueden permitir acercarse al ámbito artístico y museístico.
El libro ¿La gran oportunidad del bibliotecólogo-curador?
Por otra parte, el curador de exposiciones debe tener una visión reflexiva orientada al mundo del arte y a las nuevas corrientes de pensamiento. También a los cambios sucedidos en las distintas culturas y a los temas éticos, políticos y sociales que ocupan la agenda de este siglo. Aspectos que sí debe precisar el bibliotecólogo si desea emprender en esta senda.
No obstante, este profesional de la información tiene en su poder el “producto artístico democrático” (Polo, 2011) más longevo de la historiografía antigua y contemporánea: el libro.
Aunque en principio se puede pensar que lo que hace particularmente especial a un libro es su rareza, no es así. El libro, como obra de arte u objeto museístico, es amplio, porque se abre a la universalidad; pero también a un sinfín de enfoques que ofrece, a quien lo concibe y a quien lo observa, la libertad creativa.
El libro como obra de arte: experiencia UCAB
La primera gran exposición de un libro en su formato tradicional se puede observar en las estanterías de cada biblioteca, indiferentemente de su perfil; no obstante, el libro puede pasar a ocupar espacios destinados a obras artísticas. Veamos 2 experiencias de curaduría lideradas por un bibliotecólogo en el CCRAI UCAB:
- Tesoros de la Biblioteca. Se investigó y sistematizó aproximadamente 30 ejemplares de la colección de libros raros y valiosos. Estos cautivaron decenas de curiosas miradas que, impresionadas veían, por ejemplo:
- Los libros elefantes de los viajes de Humboldt.
- Ediciones bibliófilas de Martín Fierro.
- Libros de ocultismo.
Y por supuesto, antigüedades europeas que datan de los años 1500, 1600 y 1700, y primeras ediciones venezolanas (1808).
- Andrés Bello: Entre títulos, aves y flores. Tras un análisis exploratorio de las obras de los historiadores más destacados, se expusieron los títulos del “primer gran humanista americano”. Además de aquellas ediciones realizadas por destacados autores nacionales e internacionales.
Adicionalmente, se presentó “Dibujos de aves y flores de Andrés Bello”, una compilación que muestra al Bello sensible por los trazos y la naturaleza.
Como bibliotecólogo o profesional de la información, coméntanos, ¿cuál crees que será la próxima experiencia del bibliotecólogo-curador en el CCRAI UCAB?
Texto: Evelyn Guerrero Mass/Fotos: Manuel Sardá