La Semana Internacional de Libro y del Idioma reunió en el American Space a Thays Adrián, profesora de la Escuela de Letras y de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello y a Denise Armitano, microrrelatista y editora de la web literaria Contexturas.org para enseñarle a la comunidad ucabista y al público en general a escribir microrrelatos, ¿el detonante? ¡Obras pictóricas! A continuación, te mostramos algunos de los microrrelatos y sus autores. ¡Disfrútalos!

School of love por Jessie Mockrin, 2016

Esquizofrenia

—¿Qué paso?

—No se… Huum, creo que fue la Risperidona.— Pero tranquila, en algún momento regresaremos, cuando se mire al espejo y recuerde que aún sigue siendo patética.

—Evegmass

Falso espejo por René Magritte, 2020

Universo profundo

Cada día, todos los días,  avivo el profundo deseo de hurgar en medio de los tesoros que me ofrece el Universo. Escudriñar, tocar y percibir: texturas, formas, olores y sabores que me dan vida; vida que resalto y agradezco propiciando un ciclo para que otros, igual que yo, hurguen y disfruten de  de las bondades y beneficios que nos regala el Universo.

—Vicky Méndez
Arder
Al ver a los jóvenes dentro del horno, me impresionó. Quise estar en ese lugar y experimentar su sentir, ¿sería miedo? ¿sería amor? o sencillamente ¿confianza?. Era otro plano, al que conscientemente no entraría. Yo veía fuego, aunque afuera todo era soleado pero fresco, hasta las nubes danzan, pero adentro, ¿qué verían ellos? la luz del fuego o el esplendor de la Gracia.
—Yamilet Correa
Sin enmienda
Tras besarle, abrí los ojos y vi en sus pupilas mi reflejo.
—Departamento de vestuario, ha habido un error. —Soy el desventurado joven Werther, no Lady Chatterley.—
—Emili Cabeza
La perspectiva
En la vida, solemos encontrarnos con muchos puntos de vista sobre la realidad que nos rodea; y ello se debe a las experiencias que vivimos como sere individuales que conviven en una sociedad compuesta de distintos matices, generando en cada quien una opinión distinta y un sentir único en cada ser . Nadie tiene la verdad absoluta en sus manos, pues está influenciada por esta realidad particular y como dice el dicho » Todo depende del cristal con que se mire»; lo cierto es que cada mirada, cada percepción, cada vivencia es diferente en cada persona y es lo que nos hace crecer y nutrir como seres humanos, permitiendo intercambiar sensaciones y experiencias vista de diferentes ángulos;  con resultados inesperados que nos mantienen atentos a los que nos depara el futuro.
—Susana Inciarte

El balandrito por Joaquín Sorolla, 1909

Nostalgia

Caminé por las orillas de la playa. Cuando lo ví, me invadió el desconcierto. Los recuerdos vinieron al galope. Miré al sol. Una sustancia líquida me resbalaba por las mejillas. Lo volví a mirar, jugando infantilmente. Decidí, finalmente, caminar en sentido contrario.

—Estefanía Gallango

Reivindicación
Hubo una vez un barquito chiquitito que me enseñó a navegar.
—Yerly Herrera
Déjalo
—Comadre, y yo que mandé al niño a jugar con su barquito.
—Déjalo, no lo llames, no apresures su ida.— Déjalo que viva por última vez, antes de ver a su padre muerto.
—Franco Ledezma

 

Camino entre árboles por Cristina Alejos, 2005

Capricho enfermo

El rostro de Julieta estaba empañado de líquidos sudorosos cual vidrio de un vagón de tren sin aire acondicionado, ya que había estacionado sus pocas fuerzas en la madrugada y aprovechar esa hora para destejer las hojas de las ramas que imitaban artritis. La oscuridad fue cruel con ella, como si esa escasez de luz impidiera rapidez para desnudar los árboles.
Amaneció y solo retiró un poco de ese pedazo de naturaleza, pero ¿Por qué querría extinguir las hojas de los árboles? Lo deseaba hacer porque había una catarata que se inundaba en sus ojos y mientras más aumentaba ese gris, crecía una esencia de existencia contada por sonidos. Cuando le diagnosticaron su posible ceguera, lentamente empezó a extrañar la sensación de cuando su alarma para despertarse era el brillo del sol que se asomaba en su ventana. Ella mantenía la premisa de que los amaneceres eran aprovechados por los videntes, porque están desadaptados al brailler y  enjaulados en el silencio.
—Camila Samaan
Otoño
Nunca había sentido tanta melancolía, más que en cada otoño. Ese andar entre árboles desnudos, el crujido de mis pisadas sobre sus vestimentas de colores, ya pereciendo. Envuelta en la brisa fría que anuncia la llegada pronta de otro invierno.
—Yetzaneth Díaz
Texto: Evelyn Guerrero Mass/ Imágenes: Jessica Borges