Los museos deben ser espacios para la reflexión y la crítica social.

Doris Lessing

Inauguración del Museo de Arte Contemporáneo en Parque Central Caracas en compañía de Sofía Imber de Rangel y Gustavo Rodríguez Amengual. Fuente: Rafael Caldera Web Oficial

Los museos, como espacios de memoria, conocimiento y creación, son esenciales para el desarrollo cultural de las sociedades. En Venezuela, la gestión cultural de Sofía Ímber dejó una huella imborrable, consolidando al país como un referente en el ámbito museístico latinoamericano. Su legado nos invita a continuar valorando y fortaleciendo estas instituciones como herramientas para la construcción de una sociedad más justa, equitativa e intercultural.

Por consiguiente, en el marco del Día Internacional de los Museos, celebrado cada 18 de mayo, y  en el clímax de la celebración del centenario del nacimiento de Sofía Ímber se hace propicia la ocasión para reflexionar entorno a los hitos que desarrolló la señora Ímber en el área de la gestión cultural y su impacto en las instituciones museísticas del país y el mundo.

El encuentro, materializado el pasado 15 de may. de 2024, con el profesor Carlos Delgado Flores, nos ofrece unas pinceladas que permiten discernir acerca de la relevancia en la construcción de la identidad cultural venezolana de una mujer ser audaz, brillante y encantadora, como lo fue Sofía Ímber, un genio que se ha convertido en parte medular de la historia venezolana  y, como lo señaló Carolina Jaimes Branger en sus líneas “¡qué honor que sea nuestra!”

A continuación, compartimos parte de la entrevista a priori mencionada y resaltamos la importancia de Sofía Ímber como promotora de la educación artística de la sociedad venezolana, agente medular en la defensa y el ejercicio de la libertad de expresión a través del proceso de formación y divulgación cultural.

¿Cómo evaluaría la influencia de Sofía Ímber en la formación de la identidad cultural venezolana? 

A lo largo de su vida y de su obra, Sofía Imber deja un legado tangible y trascendente, que se expresa en cuatro grandes contribuciones: una pedagogía de la mirada, un modo de entender la modernidad venezolana, una manera de asumir el presente y una cultura del trabajo.

A través de la pedagogía de la mirada, el Museo que Sofía construyó enseñó a ver a muchos venezolanos. Brindó la oportunidad, reiterada y sistemática, de comprender –en el marco de la experiencia artística- conceptos fundamentales para el aprendizaje […] Brindó espacios dentro del dispositivo museográfico para ver, pero también para reflexionar, tanto de manera individual como colectiva no sólo sobre lo visto sino, además, sobre el acto consciente de construir saber, de y desde lo visto. 

Pero el museo también produjo un modo de entender la modernidad venezolana, como una realidad, más que como una aspiración. Desde el fin de la dictadura de Juan Vicente Gómez, Venezuela avanzó en lo que Germán Carrera Damas describe como la fase de institucionalización del proyecto histórico nacional, que no es otro que el de gestar una modernidad propia, que pueda inscribirse efectivamente en la modernidad ilustrada occidental, reconocida como proyecto civilizatorio. Y lo hizo bajo la idea de modernización […] y para la cual se necesitaba definir un cuerpo de políticas de estado que contribuyeran a formar cultura y establecer identidad. 

Fuente: El Impulso

La experiencia en el museo enseñó a todos los que participaron de ella una forma alternativa de asumir el presente, no sólo como el tiempo desde donde se entienden las representaciones (el tiempo, junto con el espacio son los a priori kantianos, previos a la organización de todas las capacidades de la mente), sino especialmente como el tiempo de la voluntad. 

Quienes conocieron a Sofía saben que para ella el trabajo era un modo de relación: con la gente y con las cosas que son obra de la gente; que ella se relaciona haciendo cosas, asignándoles tiempo y paciencia, pasión y perseverancia. Que, como toda relación, la de trabajo entraña compromiso, acuerdos, objetivos y que a la vez que permite compartir, solazarse y disfrutar, apunta hacia un algo hecho que genera beneficios a terceros, por lo cual, todo trabajo, en la medida en que trasciende, se convierte en obra. 

¿Qué elementos de su gestión cultural podrían considerarse como modelos innovadores o vanguardistas?

  • La forma de conformar una colección que fue antológica, hecha de momentos y obras únicas en la trayectoria de importantes maestros del arte contemporáneo venezolano e internacional.
  • Los procesos de gestión procuraron siempre la excelencia.
  • El hacer una museografía desde puntos de vista, en un museo que no era un monumento sino un espacio puro para la experiencia estética. 
  • El gestionar un museo como un medio de comunicación.
  • El cultivo de la reputación institucional por encima de todo, pero con hechos tangibles. 

¿Qué aspectos de su experiencia como gestora cultural en Venezuela podrían ser replicables en la actualidad?

Los indicados como innovación, muchos, ya son buenas prácticas institucionalizadas, avaladas por el ICOM (Consejo Internacional de Museos de la UNESCO).

  1. ¿Cómo contribuyó a la visibilización del arte latinoamericano en el contexto internacional? 

Borrando la distinción entre arte venezolano, latinoamericano e internacional: dándole igual trato museológico a todo, según los criterios señalados.

  1. ⁠¿Qué papel jugó el periodismo en su trayectoria como gestora cultural? 

Hubo siempre una continuidad. El periodismo es una forma de pensar y un compromiso de intelectual público; la gestión cultural no es sino una forma de ejercerlo, no como oficio sino compromiso de construcción de país. El periodismo se basa en decir y en mostrar para que la audiencia juzgue a partir de hechos establecidos en contextos bien informados. Un museo es un poco eso, un espacio para mostrar las posibilidades del sentido.

Luego de esta amena conversación con el profesor Delgado Flores, podemos observar nítidamente como la Sra. Ímber expusó a la sociedad venezolana a una forma diferente de asumir la realidad, una alternativa crítica y objetiva; todo ésto a través -principalmente- del arte.

Así, insertó la concepción de los espacios museísticos como herramientas y medios indispensables de la comunicación e intercambio de saberes, formadores de conciencia colectiva e individual.

La UCAB impulsando el legado de Sofía Ímber

Parte de estos espacios que aseguran el legado de la Sra. Sofía Ímber, los podemos ver en la UCAB. ¡Sí! El pasado 8 de mayo se reinauguró el «Espacio Sofía ímber». Una sala de consulta bibliográfica que alberga la mayor parte de su colección dedicada al arte. ¡No pierdas la oportunidad de visitarla!

Texto: Paoly Gamboa/ Foto «Espacio Sofía Ímber»: Manuel Sardá

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