Tuve la dicha de conocer a Sofía en el año 2004 cuando llegó a la UCAB para el acto de creación de la Cátedra Fundacional de Memoria del periodismo venezolano de la UCAB. Yo apenas tenía 3 años en la Universidad y me desempeñaba como profesora investigadora en el Centro de Investigación de la Comunicación (CIC-UCAB).
En el marco de las actividades académicas de la Universidad Católica la creación de una Cátedra Fundacional – Institucional de “Periodismo contemporáneo venezolano” implica promover la realización de investigaciones sobre los materiales del archivo.
Es tarea imprescindible de la universidad acercar a sus estudiantes y estudiosos a los procesos que permitieron la construcción de lo actual. Con este proyecto, la universidad aporta un conjunto de parámetros y de antecedentes que potencian el estudio, la reflexión y el análisis.
Yo no tuve una relación directa con Sofía en esa época, pero si la fui conociendo más a través de Caroline de Oteyza, directora del CIC en aquel momento y gran amiga en la actualidad. Caroline diseñó un programa de investigación denominado “Investigación en línea (e-research) y periodismo venezolano”. El objetivo principal de este programa de investigación era la divulgación de los documentos que conforman la memoria comunicacional del país a un público lo más amplio posible.
Así se crearon las Salas de Investigación Virtual, espacios donde convergen la obra periodística de un personaje destacado, la información que la contextualiza y los análisis e investigaciones que sobre este personaje se desarrolle.
La primera SVI que dio vida a este proyecto fue la SVI Sofía Ímber y Carlos Rangel.
Sofía, periodista indoblegable, que siempre sumó para pensar el país, preguntar por sus costuras y mostrar sus pliegues diariamente, acumuló más de 10 mil entrevistas televisivas. Que incluían a la diversidad del país y la pluralidad de sus ideas. Eran conversaciones agudas y en ocasiones incomodas, pero honestas y respetuosas. Muchas de ellas pueden consultarse en la Sala Virtual de Investigación Sofía Imber y Carlos Rangel, que forman parte de los repositorios digitales de esta Universidad. Esa fue una de las primeras colaboraciones de Sofía con la UCAB. Una manera de seguir sirviendo al país al preservar la memoria y a repensarlo con los aportes de quienes participaron en esos programas.
Pero esta historia comienza más atrás.
En 1998, Sofía Imber solicitó una reunión al rector, el Padre Ugalde y se presentó a la cita con extrema puntualidad y con un tomo de transcripciones de las entrevistas del programa de televisión “Buenos Días” que realizó con su esposo Carlos Rangel. Sofía había elegido a la UCAB para confiarle alguno de sus más preciados tesoros. Así, entregó al CIC-UCAB un trabajo sistemático de transcripción, organización y compilación de algo más de 5.000 entrevistas de este programa de televisión que se inició en 1969 y termino en 1993. El tomo que llevó Sofía era el primero de los 135 empastados con sus respectivos índices que conforman el archivo original mecanografiado.
Fueron más de 20 años entrevistando a destacadas personalidades venezolanas e internacionales de la segunda mitad del siglo XX.
Los programas de Carlos Rangel y Sofía Ímber, fueron conocidos bajo distintos nombres: “Lo de hoy”, “Buenos Días”, “Sólo para adultos”, “Sólo con Sofía”. El archivo contiene información de un espacio televisivo cuyo soporte material no había sido preservado. En efecto, las grabaciones en videocasetes no fueron conservadas de manera sistemática por los distintos canales de televisión donde fueron producidos. Pero Sofía Imber y Carlos Rangel tuvieron la idea visionaria de conservar el testimonio de los debates de idea que se producían a diario en su programa. Luego Sofía persistió hasta lograr una alianza con la Universidad con el fin de ofrecer a las futuras generaciones este testimonio documental de la vida nacional.
En septiembre de 1998 Sofía firmó un Convenio con la UCAB a través del cual esta casa de estudios inició la digitalización de los textos y su publicación en Internet. El proyecto de archivo digital desarrollado por el CIC-UCAB convirtió esos 135 tomos de las entrevistas a los nuevos formatos de la tecnología digital. Se logró organizar y administrar este fondo de archivo con el propósito de facilitar su difusión abierta al mundo.
A propósito de la firma de este convenio Simón Alberto Consalvi (1998) escribió “Es una inmensa fortuna que no haya ocurrido con ellos lo que ocurrió con Mariano Picón-Salas, Aquiles Nazoa y José Antonio Calcaño, borrados por el azar, la tontería y la ignorancia. Es una fortuna que se hayan preservado estos que cada día serán mejores “Buenos Días” a medida que se alejen (o se alojen) en el tiempo. Que sea la Universidad “Andrés Bello” el lugar donde los investigadores o los curiosos del futuro puedan revisitar esos momentos venezolanos, es también una fortuna”.
Sin duda, este proyecto significa un estímulo importantísimo para la generación de conocimientos en torno a la realidad venezolana, debido a la relevancia de las conversaciones sostenidas por estos periodistas y a la variedad e importancia de los personajes entrevistados, muchos de ellos, actores principales de memorables procesos históricos de la vida nacional e internacional. Hoy más que nunca la difusión de contenidos venezolanos relevantes a través del ciberespacio contribuye a la reflexión y análisis de los procesos históricos contemporáneos. Asimismo, la divulgación de este acervo documental, testimonio de un pensamiento y de la práctica profesional de estos venezolanos durante más de dos décadas busca tener impacto en la formación de los futuros profesionales del periodismo al incrementar sus posibilidades de acceso a documentación relevante.
Pero Sofia fue también una mujer de muchas facetas. Algunas de ellas las desarrolló de manera simultánea. Dirigía el Museo, hacía programas de televisión, fundaba medios o coordinaba la sección cultural de un diario.
Nos toca subrayar su aporte a la educación de la sensibilidad de los venezolanos ante el arte. Al mencionarlo: Museo de Arte Contemporáneo Sofia Imber, el Maccsi; afloran los recuerdos y sensaciones de quienes recorrieron alguna de las más de 300 exposiciones o apreciaron su colección que sumó más de 4000 obras excelentemente seleccionadas.
El país aprendió de su exigencia al mostrar el mejor arte del mundo. El País supo de su ojo crítico para atesorar una de las mejores colecciones de arte contemporáneo en América Latina. Es un legado con una impronta única. Muestra de una generosa e incansable vocación de servicio público.
Vocación que siguió y que confió nuevamente a la UCAB. Su colección de libros, su biblioteca, esa que contribuyó a perfilar una mirada para valorar la buena obra, alimentar su sensibilidad y aquilatar su talento se incorporó a los fondos de la biblioteca y centro cultural UCAB. 14 mil ejemplares (entre libros, revistas, catálogos y archivos documentales, fotográficos, hemerográficos y audiovisuales), de los cuales aproximadamente 5 mil son exclusivamente de arte.
Una colección que incluye revistas de época y catálogos firmados. Con esta colección se abrió la Sala de Arte Sofía Imber, que próximamente relanzaremos como Espacio Sofía Ímber y combina la sala de consulta de libros de Arte con una sala de exposiciones.
En junio de 2014 tuvimos el privilegio de recibir a Sofía Ímber en la UCAB y agradecerle públicamente la generosa donación de su biblioteca, una donación inestimable, que incluye ejemplares de los libros adquiridos por ella a lo largo de su fructífera trayectoria como periodista, crítico de arte, curadora, formadora de colecciones y directora fundadora del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas (que llevó su nombre de 1988 a 2006); junto con los libros de sus esposos, Guillermo Meneses, y Carlos Rangel y de su hijo Pedro Guillermo Meneses Imber.
Una colección que continuará sirviendo a los jóvenes que se forjan en las aulas de la UCAB, a las comunidades cercanas y a los estudiosos interesados. Este legado contribuirá a mantener esa educación cultural, esa exigencia permanente por la calidad y la obligación de ser cada día mejores.
A Sofía le debemos una inmensa gratitud por su perseverancia. Sus obstinadas ganas de hacerlo bien siempre. Por no callar. Por esa pulsión por servir generosamente.
Gratitud por confiarnos estos tesoros y por recordarnos la obligación que tenemos de colocarlos al servicio de la libertad y la creatividad. Seremos exigentes en esa vocación que nos encargó Sofía.
Gratitud por brindarnos la posibilidad de celebrar con ella la alegría de sus miradas al arte. Esa que se refleja en la colección que ponemos a disposición del país desde la Universidad Católica Andrés Bello.
Palabras de la profesora Mabel Calderín, Directora del Centro Cultural Padre Carlos Guillermo Plaza de la Universidad Católica Andrés Bello, en el marco del ciclo de conferencias realizados a propósito de la exposición Tieztos del maestro Víctor Hugo Irazábal en la Sala TAC del Trasnocho Cultural, en homenaje a la extraordinaria periodista Sofía Ímber.