Palabras de la directora de la Biblioteca Central de la UCAB Mabel Calderín.
Buenos días. Autoridades, Profesores, Estudiantes, invitados, amigos…
Bienvenidos todos,
La Biblioteca de la UCAB se complace en inaugurar Ex-libris Meis, una impactante obra del destacado artista venezolano Karim Borjas. Inspirada en el inolvidable relato de Gabriel García Márquez, Un señor muy viejo con unas alas enormes. Esta exposición trasciende la concepción tradicional del libro de artista para presentarse como una instalación inmersiva que invita a cada espectador a explorar las profundidades de la memoria y la imaginación.
Reconocido internacionalmente en el ámbito del arte contemporáneo, Karim Borjas integra en su obra múltiples técnicas y medios, evidenciando una profunda conexión con la literatura y una constante búsqueda de un lenguaje
visual distintivo.
Esta exposición nos recuerda la esencia trascendente del libro: más que un simple receptáculo de palabras, es un crisol de memoria, identidad y resistencia. En un presente marcado por la fugacidad de las pantallas, la propuesta de Borjas se alinea con el espíritu del Manifiesto de Liubliana (2023), abogando por la biblioteca y el libro como espacios vitales para el encuentro, la reflexión y la libertad. Solo así preservaremos nuestra facultad de imaginar, analizar y construir una ciudadanía activa, con valores esenciales para la democracia y la vida en sociedad.
La instalación de Borjas nos incita a contemplar el libro como un objeto imbuido de memoria, identidad y resistencia cultural, una visión que dialoga directamente con el rol histórico de las bibliotecas como custodio de la memoria colectiva, foros para la reflexión y la construcción de significado.
En esta exposición, la biblioteca, como espacio vivo de experiencia y pensamiento crítico, reverbera ecos del pasado, transformándose en un escenario donde el esplendor emerge de la quietud. Así, la biblioteca se erige no solo como un archivo de libros, sino como un jardín donde se cultiva la lectura profunda y la experiencia crítica.
El Manifiesto de Liubliana es un documento que surge en un contexto de crecientes desafíos para las bibliotecas y la lectura en el entorno digital. Subraya la importancia fundamental de las bibliotecas y el acceso libre a los libros como un derecho humano esencial, especialmente en la era de la información. Sus puntos clave se centran en la defensa del libro, el fomento de
la lectura profunda y el pensamiento crítico, y el rol de las bibliotecas como espacios de encuentro, aprendizaje y construcción de ciudadanía.
La exposición «Ex-libris Meis» de Karim Borjas establece un diálogo profundo y resonante con varios de los principios fundamentales del Manifiesto:
- Defensa del libro como objeto significativo: el Manifiesto aboga por la persistencia y el valor intrínseco del libro en un mundo dominado por las pantallas. La obra de Borjas, al tomar el libro como punto de partida y transformarlo en una instalación artística, paradójicamente reafirma la potencia del libro como objeto cargado de significado. Sus imágenes fotográficas sobre papel evocan la materialidad del libro, su textura, su fragilidad y su capacidad para contener historias y memorias. Al hacerlo, Borjas nos invita a revalorizar el libro más allá de su contenido textual, como un artefacto cultural y personal con una historia propia.
- Fomento de la lectura profunda y el pensamiento crítico: el Manifiesto advierte sobre los peligros de la lectura superficial y fragmentada que a menudo promueven los medios digitales, y enfatiza la necesidad de cultivar la «lectura de alto nivel» que implica concentración, análisis y reflexión. La exposición de Borjas, al inspirarse en una obra literaria compleja como Un señor muy viejo con unas alas enormes, nos conecta indirectamente con la necesidad de una lectura atenta y reflexiva para comprender sus múltiples capas de significado. Además, la propia instalación, al requerir una contemplación pausada de las imágenes y una conexión con el texto original, fomenta una forma de «lectura visual» que demanda interpretación y análisis, habilidades esenciales para el pensamiento
crítico. - La biblioteca como espacio de encuentro, reflexión y resistencia: el Manifiesto defiende la biblioteca como un espacio público vital para el aprendizaje, el debate y la construcción de una ciudadanía informada. La exposición de Borjas, al emplazarse precisamente en la biblioteca universitaria, refuerza este rol de la biblioteca como un lugar dinámico donde convergen el arte, la literatura y el pensamiento. La obra se convierte en un elemento catalizador para la reflexión, invitando a los visitantes a considerar la relación entre la memoria, la identidad, la resistencia y el poder de las narrativas, tanto literarias como visuales. En un contexto donde el Manifiesto aboga por la biblioteca como un contrapeso a la inmediatez digital, la exposición de Borjas reafirma la capacidad de este espacio para ofrecer experiencias profundas y significativas.
- Advertencia contra la destrucción simbólica del libro: el Manifiesto implícitamente se opone a cualquier forma de menoscabo del valor del libro y la lectura. La referencia de Borjas a su serie Autodafés en la muestra es un punto crucial de conexión al advertir sobre el peligro de la destrucción simbólica del libro, Borjas se alinea directamente con la preocupación del Manifiesto por la preservación del conocimiento y la libertad de pensamiento. Su obra nos recuerda que desvalorizar el libro y la lectura profunda tiene consecuencias negativas para la capacidad de imaginar, analizar y construir una sociedad libre y democrática, tal como lo subraya el documento de Liubliana.
Así, la exposición «Ex-libris Meis» no solo rinde homenaje a una obra literaria emblemática, sino que también encarna y visualiza muchos de los principios defendidos por el Manifiesto de Liubliana. A través de su enfoque en el libro como objeto significativo, su invitación a una contemplación reflexiva, su emplazamiento en un espacio bibliotecario y su advertencia contra la desvalorización del libro, la obra de Karim Borjas se convierte en una poderosa reflexión artística sobre la importancia de la lectura profunda y el papel vital de las bibliotecas en la preservación de la memoria, la identidad y la capacidad de pensar críticamente en la era digital. La exposición actúa como un puente tangible entre los ideales del
Manifiesto y la experiencia sensorial y emocional del arte.
Esta obra no solo rinde un emotivo homenaje al realismo mágico de Gabriel García Márquez, sino que también nos invita a una profunda reflexión sobre la resiliencia y la esperanza que anidan en el espíritu humano. Les extiendo una cordial invitación a recorrer esta exposición con una mente abierta y un corazón dispuesto a conectar con las múltiples capas de significado que Karim Borjas ha plasmado con sensibilidad y maestría.
Y, no puedo concluir sin reconocer que esta significativa exposición, no hubiera sido posible sin la valiosa contribución de diversas personas e instituciones a quienes deseamos expresar nuestro más sincero agradecimiento.
En primer lugar, extendemos nuestra profunda gratitud al alma creativa detrás de esta obra, el destacado artista Karim Borjas, por compartir su visión única y su talento excepcional con nuestra comunidad universitaria. Su dedicación y sensibilidad artística han dado vida a esta experiencia inmersiva que hoy inauguramos. Y por supuesto, también a nuestra querida amiga Annette Turrillo, por su acompañamiento en todo el proceso mientras llegaba Karim de París.
Agradecemos profundamente el apoyo incondicional de las autoridades de la Universidad, cuyo compromiso con la cultura y la promoción del arte hacen posible que espacios como nuestra biblioteca se conviertan en escenarios de encuentro y reflexión.
Un reconocimiento especial merece el dedicado equipo curatorial de la biblioteca, integrado por Evelyn Guerrero y Noreida González. En esta oportunidad, la pasión, conocimiento y meticuloso trabajo de Noreida fueron fundamentales en cada etapa de la concepción y montaje de esta exposición.
Queremos destacar también la importante colaboración de Luis Cáceres, cuyo apoyo y experticia han sido invaluables, especialmente para completar el espacio informativo virtual que complementa la exposición. Asimismo, agradecemos a la Dirección General de Servicios y a la Dirección de Cultura por su disposición y eficiente gestión para asegurar el óptimo
desarrollo de este evento.
No puedo dejar de mencionar a Jessica Borges, Manuel Sardá, y el equipo de la Dirección de Comunicaciones por asegurar la cobertura y difusión de este encuentro.
Finalmente, nuestro agradecimiento se extiende a Alfredo Freites, cuya contribución ha sido esencial para hacer realidad el montaje e instalación de esta muestra.
A todos ellos, ¡muchas gracias por su invaluable apoyo y dedicación!
Agradecemos la presencia de todos ustedes en esta experiencia artística que desde hoy enriquece la colección de la Universidad Católica Andrés Bello.
Las piezas aquí expuestas por Karim Borjas revelan su profunda rela- ción con los libros, la conexión que siente entre las historias que le han contado y las que él se cuenta a partir de ellos. En este espacio el libro más que un testigo silencioso del movimiento de nuestros ojos sobre él, se vuelve un reflejo del alma que habita en nuestra memoria.
Esta muestra es una danza sutil entre la palabra y el cuerpo. Donde el alma se abre paso y nos invita a transitarla desde una visión poética del movimiento congelado en imágenes.
El cuerpo, como un lenguaje simbólico, se convierte en un medio de expresión. Abrazando el olvido para trascender el vacío que deja el abandono de esos textos que una vez contaron miles de historias sin emitir palabra alguna.
Cada imagen evoca emociones, nuevas imágenes y reflexiones sobre ese halo capturado por la cámara, ese movimiento que no es posible percibir, pero que contemplamos a través de estas piezas.
El filósofo David Abram sostiene que la percepción humana se entre- laza con el entorno. Inspirado en esta idea el texto aquí expuesto se transforma. Ya no es un objeto pasivo, sino un sujeto perceptual, una presencia viva que toca a quien lo observa.
Cada obra es un puente entre el pasado y el presente, entre lo mate- rial y lo simbólico, una invitación a redescubrir ese lazo no visible que conecta nuestra memoria con nuestra creatividad. Como bien afirmó Marcel Proust, no se trata de ver algo nuevo, sino ver con otros ojos lo de siempre.
Noreida González
Desde hace tiempo, he desarrollado una relación especial con los libros, una cone- xión que va más allá de su función tradicional como portadores de conocimiento o narrativas. Para mí, el libro es mucho más que un objeto de lectura; es un símbolo, un medio expresivo y, en ocasiones, un testigo de nuestra historia y memoria. Este vínculo no nació de una intención deliberada, sino de una reacción casi instintiva al abandono que estos objetos han sufrido con el tiempo.
Mis libros nacen de la idea de recuperar aquello que parece perdido. Cada objeto tiene una historia que contar, incluso en su deterioro o abandono. Ellos se transfor- man en instalaciones y creaciones que no solo evocan su pasado, sino que también nos invitan a reflexionar sobre nuestra relación con los objetos.
Para mí, el «libro de artista» no es solo una obra; es una forma de cuestionar las ex- pectativas sobre lo que un libro puede ser, o lo que está arraigado en nuestro incons- ciente. Él puede adoptar formas diferentes y hasta conservar su esencia en otra es- tructura. Más allá de su materialidad, lo que más me importa es cómo puedo conec- tarlo con nuestras emociones, con nuestras memorias y con nuestras ideas.
Me pregunto, metafóricamente hablando, si los objetos tienen un alma o si somos nosotros quienes les otorgamos otro significado vinculado al nuestro. La creación me permite explorar esta noción desde diversos ángulos: el animismo, el fetichismo o simplemente la conexión simbólica que establecemos con ellos. En este proceso, el libro o los elementos se convierten en algo más que un objeto; él se transforma en un puente entre nuestra memoria y nuestra creatividad.
Yo trato con ellos de reflexionar sobre ese vínculo invisible que nos habla de noso- tros mismos y nuestra manera de ser. Este cuestionamiento me impulsa a interpre- tar la esencia de estos objetos cargados de viejas historias. O quizás será la forma en como ellos me recuentan otras historias que solo son escuchadas en el fondo de mi inconsciente.
Karim Borjas