Agradecemos altamente al Arq. José Humberto Gómez, Director de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica Andrés Bello, a la Dirección y al eficiente equipo de la Biblioteca, a los Coordinadores y  Jefes de Departamento, y al reconocido equipo docente, administrativo y al personal que mantiene eficientemente estas instalaciones, y especialmente a mi muy apreciado colega y amigo el Arq. Franco Micucci, la muy amable invitación a este encuentro que nos permite  compartir con la dirección, el profesorado y estudiantado, algunos  espacios de mi camino profesional, durante el cual he tratado de detectar las huellas dejadas por nuestros siempre recordados y apreciados profesores, que nos formaron en esta exigente vocación, especialmente el Arq. Dr. Carlos Raúl Villanueva y el Arq, Julio Volante, para descubrir y construir mi propio camino, no para recórrelo sólo, egoístamente, sino para invitar a otros a caminar juntos, hoy especialmente en los espacios de este edificio del Centro Cultural Padre Carlos Plaza s.j., proyecto de PC ARQUITECTOS Arq. Dr. Francisco Pimentel y Arq. Oscar Capiello.

El proyecto del Centro Cultural Padre Carlos Plaza s.j., se desarrolló junto al equipo profesional interdisciplinario de nuestra Oficina, con la importante asistencia profesional del Ingeniero Estructural Nicolás Labropoulos, con quien mantenemos una cercanía de afecto personal y profesional, y con el apoyo del Ingeniero Carlos Lares y el Arq. Vincenzo Bonadio, eficientes colaboradores por la UCAB durante la ejecución de las obras de este Centro, y en especial con una ágil comunicación con los motores de este proyecto, los Rectores de la Universidad Católica Andrés Bello, el Revendo Padre Luis Ugalde, y el Reverendo Padre Francisco José Virtuoso.

Cuando el Profesor Micucci, nos invitó a este encuentro con los animosos docentes y jóvenes estudiantes de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica Andrés Bello, comprometidos con su formación integral, nos propusimos no solamente acompañarlos en el recorrido del Centro Cultural Padre Carlos Plaza, s.j., en este intercambio con el Arq. Oscar Capiello, quien llevó eficazmente la gerencia del proyecto y la supervisión arquitectónica de la obra; sino fundamentalmente unirnos a ustedes, en primer lugar, en una oportuna reflexión sobre la necesidad de descubrir y afianzar su decisión vocacional, en esta etapa de su formación, para próximamente, puertas afuera de la universidad, en su futuro ejercicio profesional, edificar las condiciones urbanas, habitacionales y ecológicas, en las cuales las personas y las comunidades puedan logar, en medio de la actual situación urbana de nuestras ciudades y del país, mayor plenitud y felicidad.

Este urgente llamado a encontrarnos con la ciudad y el compromiso de hacer ciudad, más que un slogan, es una entrega al servicio de la sociedad y a la formación de sus profesionales, con los instrumentos que con competencia reciben las nuevas generaciones de arquitectos y urbanistas para la construcción de este nuevo mundo urbano, como misión y tarea.

El país, la universidad, la sociedad, y especialmente tus padres que amorosamente se esforzaron en tu formación juntamente con tus profesores, esperan de tí un audaz, competente y profoundo compromiso frente a un futuro complejo, que exige en primer lugar una actitud y una respuesta.

Y lo quiero hacer desde mi propio testimonio, mi experiencia personal, como alumno de Villanueva, por quien sus alumnos conservamos con amoroso cuido la oportunidad de abrirnos y transmitir su pensamiento y capacidad profesional, como arquitecto con profunda raíz urbanística y social y a su testimonio de vida, elemento indispensable del componente docente, hecho vida en sus discípulos y fundamentalmente en sus obras y escritos y en su amor por la ciudad como contenido humano, como expresión de civilización, alrededor de un objetivo común, que demostró en su excepcional obra la Ciudad Universitaria de Caracas, síntesis de las artes.

Durante muchos años he mantenido una vital entrega al ejercicio profesional privado, el servicio público, la actividad docente y la gremial, cuatro pilares de un intenso compromiso, haciendo vida sus enseñanzas y testimonio, al expresar la arquitectura como hecho eminentemente social, aspecto igualmente fundamental de la misión y visión de esta Universidad y de la Escuela de Arquitectura desde su fundación, capacitándolos parar integrar equipos profesionales multidisciplinarios, para competentemente participar en el desarrollo nacional, creando una responsable conciencia y compromiso ante los actuales problemas sociales y su solución.

Como estudiantes y profesionales, debemos encarnar este ompromiso y acciones consecuentes, a partir de nuestra vocación, en una relación no de lejanía sino de búsqueda y encuentro. Tú encuentro con tú  vocación personal y social y la arquitectura, que el Arquitecto Carlos Raúl Villanueva (CRV) definió como:

Acto social por excelencia, arte utilitario, somo proyección de la vida misma, ligada a problemas económicos y sociales y no únicamente a normas estéticas, Para ello la forma no es lo más importante, su principal misión: resolver hechos humanos, su medio expresivo y condicional: el espacio interior, una matriz que envuelve la vida.

Vocación es llamada y respuesta, un destino, un futuro que debe realizarse en el hoy, pero siempre con apertura hacia el mañana. Por eso la vocación profesional es una tarea que debe ser realizada constantemente, con un sólido compromiso ético con la sociedad, la cultura, el patrimonio, la sostenibilidad y el ambiente, con una formación con calidad creativa, técnica y humanística, importantes objetivos de esta Universidad.

Frente a los profundos cambios sociales, técnicos y científicos operados a partir del lejano fenómeno de la revolución industrial y el proceso de urbanización en las ciudades, las contradicciones sociales e ideológicas y el presente veloz avance de la ciencia, la investigación y la técnica, se requiere de una nueva y más amplia visión en la formación y de nuestro compromiso profesional, que no se agota en una mesa de dibujo o ante las eficientes computadoras y programas, y las complejas expectativas de la inteligencia artificial, el BIM, el cambio climático y la preservación ambiental.

El mundo está experimentando crisis simultáneas sin precedentes: sanitarias, ambientales, climáticas, financieras y especialmente crisis sociales, las cuales nos exigen considerar nuevos parámetros y nuevas soluciones. Es una oportunidad para el arquitecto y el urbanista mostrar su aptitud y capacidad para dirigir, proponer y lanzar nuevas propuestas técnicas, ambientales, sociales y estéticas.

La UCAB y en la USB, sus directivos y docentes y sus estudiantes están comprometidos con la docencia y la investigación de calidad, para la formación de profesionales integrales, para participar activamente en el desarrollo nacional y con especial atención a los sectores más excluidos, con una visión trascendente de la vida y un compromiso en el desarrollo sustentable.

Se nos da una formación universitaria para coadyuvar a elevar la sociedad a estadios más altos de humanización, para asumir una presencia activa en la sociedad civil y en el desarrollo integral del pas desde las responsabilidades de nuestro propio campo de acción profesional, para lo cual docentes y estudiantes, debemos dar nuestro mejor empeño en una formación de calidad. Esta Venezuela tiene un futuro que convertiremos en presente con una fuerte voluntad de hacer ciudadanos, ciudades y un país en libertad y en democracia, y eso es civilización.

Apreciados estudiantes, la comunidad estudiantil debe hacer presente en sus aulas y talleres, el impulso creador para transformar y esas aulas en espacios de sueños, esperanzas y realidades, en los suyos, en los de sus profesores y el país Ustedes son ciertamente portavoces de una autentica mentalidad y visión de cambio, tienen un sueño, tienen una muy valiosa oportunidad repleta de grandest responsabilidades y logros, donde vuestra generación tiene un papal importante en la necesidad de extender horizontes más amplios e incluyentes. Es el llamado urgente a nuestros estudiantes y profesionales para prepararse y asumir la tarea de edificar un pas sobre valores éticos y morales, una formación y un ejercicio profesional de calidad y una honesta y ética eficiencia profesional y administrativa en los niveles públicos y privados. Testimonio que urge en nuestro país.

Y uno de los campos principales de su futura actividad profesional es la ciudad, que es algo más que la suma de sus edificios y calles. Es definitivamente un ser vivo, más que inamovibles y vetustas ordenanzas. La ciudad es un lugar. Tiene nombre propio. Habla nuestro lenguaje. Por eso la vida de nuestras ciudades requiere de espacios, concretos y abstractos. La arquitectura genera espacios y relaciones entre el hombre y el espacio. También lo que constituye lo propiamente urbano: lo público y lo privado. La ciudad busca establecer sus espacios propios mediante límites espaciales o cuerpos volumétricos. La ciudad es plenamente ciudad en sus plazas, en sus espacios públicos.

En nuestras ciudades los edificios han ido perdiendo su condición de límite de sus espacios, bordes urbanos y aceras han dido tomados por vehículos, por el comercio informal, la publicidad desmedida, y múltiples obstáculos, destruyendo todo dominio del peatón y la calidad ambiental, con una notable falta de equipamiento urbano público y de limpieza , con bolsas de basura o simplemente montones de basura en los espacios públicos y aceras y una muy deficiente movilidad urbana.

De ahí, que otro aspecto muy importante es el actual desarrollo urbano de nuestras ciudades. Es objetivamente constatable que lo que han venido llamando desarrollo urbanístico, en muchos casos despersonalizados y carentes de los servicios básicos más elementales, incluso el de la llamada Misión Vivienda, equivocada respuesta que solo ha venido a desintegrar rápidamente la cohesión, el tejido urbano, el espacio público y la eficiencia en nuestras ciudades, que no se resuelve con un programa Caracas Bella de pinturas, ni cambiando nuestra memoria histórica.

Desde mi experiencia personal, estos procesos de renovación urbana no se dan normalmente en el corto plazo, requieren de un eficiente y preparado equipo profesional, y de una decidida concertación entre los actores involucrados: el sector público, el sector privado y last comunidades de vecinos, y de una eficiente gerencia y fuerte concientización y formación ciudadana más allá de las variadas circunstancias políticas presentes en toda democracia. La sociedad confía al arquitecto un papel de redención urbana. No debemos desperdiciar la ocasión ni eludir la responsabilidad y el peso de tal tarea. (CRV)

Nuestros estudiantes de arquitectura y urbanismo, en su futuro ejercicio profesional, deben estar atentos a que no es solo la respuesta arquitectónica o urbanística lo que nos convoca. Es la necesidad de una toma de conciencia más crítica y un fuerte compromiso ético ante estos problemas, para que, mediante el esfuerzo común, en el senor de nuestra sociedad libre y democrática, se mantenga vivo y actuate el impulso creador de cultura, de civilización.

Esta es la crisis fundamental de nuestro país: no simplemente una crisis económica por una mal dirigida política económica, sino la crisis de valores éticos y morales. Por eso se hace necesaria una reflexión serena pero urgente, y una toma de conciencia que lleve a compromisos concretos en una sociedad cuya gran deficiencia es la fractura de la convivencia nacional. Y eso exige a todos carer ciudadanía y debemos hacerlo desde nuestros propios ambientes y responsabilidades.

Vivimos hoy un momento único en nuestro país que nos exige interrogarnos y comprometernos y no simplemente con las respuestas que ya teníamos. Estas respuestas deben ser tanto en el ámbito privado como especialmente en el colectivo, en la academia y el gremio, siendo fieles a la herencia que nos dejaron Villanueva y esa generación de modelos cercanos.

Como docentes, estamos llamados a expresar con fuerza el vivir coherentemente nuestro ser y nuestro actuar docente, profesional y ciudadano, con sentido de responsabilidad ante la historia. Coherencia entre lo que se predica en las aulas y lo que se realiza; entre lo que enseñamos y el testimonio de nuestra vida personal, familiar, profesional y social, especialmente los dirigentes políticos, gremiales y los gobernantes.

Tenemos una seria responsabilidad colectiva, que debe traducirse en hechos concretos, no en simples palabras, basta ya de tantas palabras. El entramado burocrático que envuelve deforma y corrompe la actividad profesional, el amiguismo político partidista y la falta de una adecuada formación ética, más dirigida a como desenvolverse comercialmente con eficiencia, que hacia una actitud ética que lo sostenga en el encuentro de nuevos caminos de participación hacia metas de un desarrollo más humano. La falta de una formación adecuada en moral social hacia la colectividad, unida a la minusvaloración de los principios éticos, explican en cierto grado el debilitamiento de la moral ciudadana, especialmente de sus gobernantes con secuelas de la corrupción en sus más variadas y extensas manifestaciones y de escándalos económicos, políticos y morales que están sucediendo hoy en muchas democracias en nuestro continente y en Europa.

Lo que define la democracia es una comunidad de hombres libres, porque si hay un valor que es intrínseco e inseparable de la democracia, es el de la libertad, que no se reduce solo a la participación masiva en el momento electoral. La democracia verdadera debe examinarse continuamente respecto a la libertad y el respeto a la dignidad humana.

Estas palabras no pretenden establecer polémica política o profesional, ni estéril controversia. Su intención se enraíza en mi experiencia de una larga trayectoria docente, profesional, gremial y de servicio público y privado, y en mi necesidad sentida como profesional y docente de un cambio profundo de actitudes, hacia dentro y hacia fuera, que permita incrementar el desarrollo creativo de nuestro actuar y vocación de servicio a la comunidad como arquitectos o urbanistas, ante la urgente tarea de expresarlo como elemento dinamizador de nuestras ciudades, de nuestro hábitat y de una sociedad más humana impregnada de verdaderos valores trascendentes.

En los últimos años, en lugar de bienestar y prosperidad se ha incrementado el discurso estéril, el populismo y el autoritarismo. Y duele profundamente ver como algunos profesionales, que incluso algunos de ellos fueron profesores universitarios, han traicionado sus principios morales y éticos.

Porque el hoy y el mañana es de ustedes jóvenes, es que he querido centrar estas palabras en un llamado fuerte a la responsabilidad compartida en nuestra actividad docente y profesional y asumir el compromiso de edificar una Venezuela más humana y justa, conceptos que van de la mano con los objetivos de esta Universidad. Estoy convencido de que, a pesar de la crisis actual, ustedes, las nuevas generaciones, juntamente con muchos venezolanos, adoptaremos ante el país y frente a ese futuro una posición auténtica, con capacidad de riesgo, con audacia para una nueva y fecunda síntesis.

Para el Arquitecto, este servicio a la persona y a la sociedad se manifiesta y actúa a través de la creación y transmisión de la cultura, que constituye una de las graves responsabilidades de la evolución social. Y entiendo por cultura el bien común de cada pueblo, la expresión de su dignidad, su libertad y creatividad; el testimonio de su camino histórico. Todo eso que debe reflejar la arquitectura que es huella de esa historia.

Esta tarea y este compromiso son igualmente un exigente llamado a nuestros docentes y autoridades universitarias. El reto es formar a estas nuevas generaciones con la elasticidad necesaria y el juicio independiente, con talento, inteligencia y creatividad en nuestro campo concreto , y a contribuir fundamentalmente con la fuerza ética y moral de una presencia activa en el desarrollo del país y sus ciudadanos, en democracia y en libertad.

Nuestra tarea es fundamentalmente una labor de equipo en nuestras universidades y facultades, en el servicio público, en el privado y en el gremio. Nuestro Maestro Villanueva resaltaba la insistencia metódica de Walter Gropius en las virtudes del trabajo en equipo que, en nuestra actividad, como arquitectos o urbanistas, incluye el eficiente análisis de las determinantes y objetivos de diseño, en la coordinación del grupo de profesionales, arquitectos y urbanistas, de las distintas  especialidades técnicas que intervienen en el estudio, proyecto y ejecución.

Frente a las urgencias y prioridades del país, es imperativo en nuestras Universidades y Facultades, impulsar una avanzada actualización y evolución de su visión y de los planes y pensa de estudio, ante las nuevas realidades de relación con el campo de la docencia, el ejercicio y la práctica profesional, creando nuevas mallas curriculares, pensando la enseñanza en función de la carrera y el ejercicio profesional puertas afuera del aula, en el día a día de la profesión, en el reto presente de un mundo y un desarrollo científico, investigativo y tecnológico en rápida evolución, ante las tecnologías emergentes, la Inteligencia Artificial y el BIM, como responsablemente están activamente realizando algunas universidades internacionales, señalando caminos, para lo cual estamos instrumentando las primeras acciones.

Estoy convencido de que ustedes estudiantes, que conformarán estas nuevas generaciones de arquitectos, demostrarán con su entrega una posición audaz, fecunda y comprometida frente a su formación universitaria y al futuro. El reto es un problema de fidelidad, de lealtad:

Con tu familia, con la universidad, con la sociedad y el país.

De nosotros depende.

 

Dr. Arq. Francisco Pimentel Malaussena                                                                                                              23 de mayo de 2024