Desprenderse de los sabios y silenciosos consejeros, de los primeros testigos del esfuerzo intelectual y de las entrañables naves de muchos viajes, siempre será una tarea difícil. Preguntarse quién será capaz de cuidar como yo, este bien tan preciado, no tiene una respuesta inmediata; sin embargo, sí, la tiene.
Por años, la Biblioteca Central de la UCAB, como centro de recursos para el aprendizaje y la investigación, se ha encargado de darle una segunda oportunidad a las invaluables piezas de importantes instituciones y de grandes investigadores, filósofos, científicos, poetas, escritores, fotógrafos y otras cientos de personalidades. Por eso hoy, conmemorando el Día del Bibliotecólogo, comenzará a mostrar el resultado del trabajo “arqueológico” que estos profesionales han hecho por años en este yacimiento de sabiduría, para reivindicar el valor de cada ejemplar y hacer un homenaje a todas las personas u organismos que confiaron sus tesoros a esta institución, y a los trabajadores que han conservado y mantenido a salvo el invalorable patrimonio que pusieron en sus manos.
Esta primera exposición pintada de ocre rosa, sepia, blanco y negro, muestra cómo el arte también puede ser leído; cómo lo prohibido se puede hace accesible; cómo el pasado se hace presente y rememora vidas; cómo, lo imperceptible a la vista, logra revelarse; cómo, lo que se presumía iba a desaparecer, renace; renace resiliente para ser visto, reconocido y nuevamente utilizado.
La curiosidad será la compañera en todo el recorrido. Recorrido que comienza hoy, pero que no acaba pronto.
Evelyn Guerrero Mass